domingo, 17 de marzo de 2019

Natalia Meléndez: "La lucha intergeneracional no tiene mucho sentido"



Natalia Meléndez Malavé es Vicedecana de Movilidad y Comunicación, profesora de Periodismo en la Universidad de Málaga y community manager. También se deja ver en algunos vídeos de Youtube de JuanitoLibritos.



P: Dejando a un lado la teoría, ¿qué es el periodismo?
R: Es la búsqueda de los hechos, de la información que le pueda servir a la ciudadanía para estar correctamente enterada de lo que ocurre. Para mí eso sería el periodismo. Como yo doy clase de “Documentación informativa”, entiendo que una de las facetas más importantes y más necesarias es que existan unos profesionales capaces de verificar la veracidad o falsedad de las informaciones que le llega a la ciudadanía. Básicamente, para mí ese factor es bastante importante.

P: La gente espera de los periodistas que informen de forma objetiva, ¿pero realmente existe la objetividad?
R: Vosotras estáis aprendiendo aquí que no. Realmente, desde el momento en el que hay una serie de decisiones que se tienen que tomar sobre, por ejemplo, la cantidad de hechos que pueden llegar a ser informaciones, y hay que elegir unos cuantos y seleccionar unos cuantos que vayan a aparecer en el espacio del periódico o en el tiempo que tenemos para el informativo, ya estamos haciendo una jerarquización. Eso supone también una pérdida de objetividad. Ya en el punto de lo que serían los contenidos, la forma en la que exponemos las noticias, creo que es imposible ser absolutamente equidistante o neutrales. Mucha gente necesita un enfoque.

P: ¿Qué tres cualidades imprescindibles debe tener un periodista?
R: Un periodista, y cualquier persona en general, me parece bastante importante tener curiosidad. No curiosidad en el sentido de cotilleo, que también, pero me refiero a querer siempre aprender algo nuevo. Eso te hace siempre buscar cosas novedosas. A mí me parece que eso es esencial para cualquier persona. Luego ya si se completa con que es una persona autónoma, trabajadora, ingeniosa, escribe bien, hace bien su tarea… Pues es maravilloso. Pero la esencia de todo es la curiosidad, la curiosidad para ir siempre adelante en la vida. Tener ganas de investigar cosas nuevas, de conocer cosas nuevas. Te ayuda también a reciclarte, a no quedarte anquilosado. 
El periodismo trabaja con cosas que son muy cambiantes, las propias herramientas que se utilizan para hacer periodismo y las propias cosas que suceden, la actualidad… De pronto surgen conceptos nuevos, ideas nuevas, inventos, cuestiones absolutamente novedosas y hay que estar preparado para eso. 
La curiosidad es una cosa que mueve muy bien tanto en el ámbito de investigación en la Universidad como en el ámbito del periodismo, creo que tienen eso en común. Y en general para cualquier persona es lo mejor que puede haber para no anquilosarse.

P: ¿Consideras que el periodismo sigue siendo el “cuarto poder”?
R: Desde luego es un poder bastante importante, que tiene el control sobre el resto de poderes, valga la redundancia, y yo creo que ese tiene que ser su servicio. Que algunas veces lo cumpla y otras veces no, pero bueno, yo quiero pensar que sí.

P: ¿Cómo han cambiado Internet y las redes sociales el ejercicio del periodismo?
R: Ha cambiado todo. Ha cambiado la manera en que se busca la información, la manera en que nos relacionamos con las fuentes, los datos… Ha sido una revolución, pero positiva. Yo entiendo que si se hace un buen uso de ello, son algo ventajoso para que lo aproveche en su favor el ámbito del periodismo. Cualquiera que os diga que una persona simplemente por el hecho de tener redes sociales, un teléfono, cámaras y demás, puede hacer las cosas que vosotros, que estáis estudiando periodismo, podéis hacer, está completamente equivocado. Vosotros aquí estáis estudiando cuáles son las herramientas, cuáles son los protocolos y cuáles son las maneras de comprobar la información, y cómo utilizar eso de una manera honesta, profesional y rigurosa. Entonces, si lo veo desde ese punto de vista, solo le veo cosas buenas.

P: ¿Tú cómo las utilizas? ¿A quién sigues?
R: Bueno, mis redes sociales son un reflejo de mis intereses. A mí lo que me gusta más de las redes sociales es la gente ingeniosa. Creo que es la cosa más admirable que hay en el ser humano, el ser capaz de tener imaginación, creatividad, y encima si tiene sentido del humor, pues mejor.
Sigo absolutamente a todos los humoristas tuiteros que existen, todas las investigaciones sobre el humor. También sigo a todas las personas que se dedican a ese ámbito en general. Y luego por la parte de la documentación, a una serie de instituciones, organizaciones, archivos, profesionales que tienen que ver con esa área. Y amistades mías que van surgiendo a través de las redes. Es tan enorme… Puedes encontrar gente que no has visto en tu vida, pero que tiene unos intereses tan parejos a los tuyos que te haces amigo para siempre.
A mí me gusta mucho descubrir las nuevas formas que hay de comunicarse, los memes, la manera en que mi alumnado se comunica entre sí. Me resulta muy curioso. Si hay alguna palabra nueva que utilizan, alguna forma nueva de expresarse, quiero estar ahí y quiero enterarme. 
Al final, mis redes sociales son un conjunto de frikismos varios, pero como la mayoría de todo el mundo que tiene.

P: ¿Crees que las fakenews han llegado para quedarse?
R: Esperemos que no. Esperemos que con una serie de planteamientos, de proyectos que se están llevando a cabo, que podamos luchar contra ellos. Desde luego, son aterradoras. Yo recomiendo mucho que se vea la película que hay en HBO sobre el Brexit. Nos ayuda mucho a entender cómo un movimiento que se ha repetido otras veces, se han utilizado determinadas cuentas de redes sociales para inocular mensajes falsos. 
Me parece muy difícil luchar contra eso, pero tiene que haber alguna manera de abordarlo. Para empezar, la información de la ciudadanía es fundamental, que las personas sepan distinguir los mensajes, que es un trabajo de educación y un trabajo que tienen que hacer Facebook, WhatsApp… 
Para mí, ahora mismo, es el centro de guerra, nuestras preocupaciones más importantes, porque estamos viendo cómo está calando en cuestiones importantes para la toma de decisiones de los ciudadanos a la hora, por ejemplo, de votar, cómo ha decantado el voto la cuestión de las fakenews, tanto lo que se ha visto en el Brexit, el caso de Estados Unidos con Trump o Brasil con Bolsonaro. 
Aquí en España, el intento de contaminación siempre de la opinión pública por parte de determinados partidos y todos los estamos recibiendo en nuestros teléfonos. Algunos son capaces de detectar que son pura desinformación y otra gente no. No sé cómo vamos a luchar contra eso, hay desde varios frentes, pero espero que no estén aquí para quedarse porque son muy peligrosas para la democracia.

P: ¿Consideras que ser millennial hoy en día tiene una connotación negativa?
R: No sé, porque yo no soy millennial. Y vosotras sois posmilennials, ni siquiera sois millennials. Me hacen mucha gracia todas esas noticias que les echan la culpa a los millennials de la desaparición de determinadas cosas. Me parece absurdo. Por un lado, entra en contradicción con lo que se dice que la juventud es un valor en sí mismo y una cosa importante. 
Yo confío mucho en las nuevas generaciones y jamás voy a tratar con desdén a los millennials ni a los posmillennials porque aprendemos constantemente de vosotros. Hay que saber escucharos y no como si no pudierais hablar de cualquier cosa, ni fuera interesante vuestro discurso o las cosas que os gustan. Es lo de la curiosidad que hablaba antes. 
A mí me interesa muchísimo vuestro mundo. Por eso estoy tan agradecida de trabajar siempre con gente joven y eso no cambia nunca. Yo doy clase en segundo, todos tienen alrededor de 19 o 20 años, yo voy cumpliendo años, pero la gente sigue siendo joven y eso me mantiene a mí  también al día.
Me parecería tristísimo ser una de esas personas, que hay muchísimas y que les regaño mucho cuando les escucho ese discurso y que empiezan: “Es un millennial y no sabe nada, y le gusta esto y le gusta lo otro”. No, vamos a escuchar un momento lo que tenga que decir. Unas veces tendrán razón unos, otras veces tendrán razón otros. Una lucha intergeneracional de esa manera no tiene mucho sentido.

P: ¿Cómo ves el futuro de la profesión a corto y medio plazo?
R: Tengo que sacar la bola de cristal con estas preguntas. Bueno, veo un momento difícil en general, no solo en este ámbito, en cualquiera profesional y laboral. Pero yo no paro de ver gente con mucha vocación, con algo que ofrecer, que sí que sale adelante. Creo que hay oportunidades, hay cosas nuevas. Por ejemplo, hay profesionales que su trabajo tiene que ver con la cuestión de la verificación, del chequeo de las noticias o un montón de cosas nuevas que van saliendo.
Si realmente tienen esa curiosidad, esas ganas, ese afán y esa vocación que es tan importante, sí va a haber un futuro para ellos. Yo estoy viendo huecos todos los días. Afortunadamente, gracias a las redes sociales, puedo estar en contacto con un montón de gente que ha salido de nuestras aulas y veo que les va bien. Me resulta esperanzador por una parte.
Por otro lado, veo que hay muchos problemas en la profesión que desde el ámbito empresarial habría que atajar. Es verdad que es una profesión muy precaria, estamos viendo cierres de algunas empresas, empresas que funcionan con una plantilla muy reducida. Eso repercute muchísimo profesionalmente en los horarios, los sueldos…
Pero también pienso que no específicamente nuestro ámbito, sino en todos los ámbitos estamos en un momento de crisis y hay que intentar, dentro de un realismo y de conocer la situación, buscar la salida y buscar la manera de salir adelante. Hay algunos proyectos que lo están consiguiendo y que son sumamente interesantes. Entonces, ver un poco esos ejemplos, nos hará ver las cosas con un poco más de optimismo.

P: Ya para acabar: ¿Qué retos se les plantean a los nuevos periodistas?
R: Hay algunos que permanecen siempre porque estamos con los mismos problemas. No dejarse avasallar por el sistema, por las presiones… Es una cosa que siempre ha existido y que seguirá existiendo.
Ahora hay retos que tienen que ver con la manera de conjugar la vida profesional y la vida personal de los y las periodistas. Eso también creo que es un ámbito que hay que luchar y hay que seguir peleando porque no está muy evolucionado. Sigue estando demasiado sacrificado muchas veces. Hay que conseguir lograr el equilibrio, pero es complicado porque es una profesión muy vocacional.
No tengo respuestas para todo. Realmente, si lo piensas, sería presuntuoso el saber cuáles van a ser las respuestas en un panorama tan complejo, en un mundo con tantísimos cambios y tantísimas circunstancias. No tengo las respuestas para todo. Yo sé más o menos de mi campo. Cositas de documentación, cositas de la búsqueda, pero a un nivel general, no sabemos qué va a ser la próxima cosa que nos sorprenda a todos.
Yo, hasta hace poco tiempo, no me podía imaginar todas las cuestiones que están de relieve con respecto a las fakenews, con respecto a la libertad de expresión. Se están debatiendo sobre qué se puede opinar. O el ámbito de humor que estudio, sobre qué cosas podemos expresarnos jocosamente y publicar chistes o hacer gags… No me podía imaginar que a estas alturas nos estuviéramos preguntando estas cosas.
Hace un año cuando salimos en el 8 de marzo a la primera huelga, no me podría imaginar que en la siguiente tuviéramos preocupaciones nuevas porque en la primera estuvimos optimistas y ahora estamos luchando contra una corriente ultraconservadora nueva, que nos está suponiendo un reto importante a las mujeres.
Entonces, de pronto te vienen sorpresas y te vienen cuestiones que dices, bueno, vamos a ver cómo afrontamos esto y cómo lo atajamos. Porque respuestas para todo… Ojalá las tuviera. Estaría todo arreglado ya.

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